Las historias del Cholo

28/7/08

La escasez de médicos masculinos

Nos basta con darnos una vuelta por cualquier facultad de medicina de la geografía española. Más del 70% de los estudiantes de medicina son mujeres. Este hecho, que ahora nos parece bastante normal, no se podría ni imaginar en siglos pasados. Las posibilidades de que una mujer fuera aceptada en cualquier universidad del mundo para estudiar medicina eran casi nulas.

Pero cuando una profesión se lleva en la sangre, el ingenio de la mente humana consigue salvar todas las dificultades y trabas. Y esto es lo que ocurrió en 1809. Este año ingresó en la Universidad de Edimburgo como estudiante de medicina el alumno James Barry, doctorándose en 1812. Este fue el inicio de una exitosa carrera en el campo de la medicina.

Su sueño de practicar la cirugía le hizo enrolarse en la Armada Británica, dado que en esa época en el ejército era más factible cultivarse en el campo quirúrgico. Sirvió en muchas de las colonias de las que el imperio británico tenía por el mundo. Estando en Sudáfrica consiguió realizar, probablemente, la primera cesárea en la que un hijo y su madre sobrevivían. En aquella época normalmente sólo se realizaba esta operación si la madre ya estaba muerta. Su puesto de cirujano militar le hizo servir en numerosos lugares del planeta hasta que alcanzó el rango de Inspector General de Hospitales de la Armada.

Cuando James Barry murió en 1865, los encargados de preparar el cadáver descubrieron un hecho insólito: James Barry era realmente una mujer. Había ocultado su condición sexual para poder llevar a cabo la profesión que realmente quería. Después de conocerse esta información, muchas personas se subieron al carro afirmando que ellas ya tenían sospechas de la verdadera identidad sexual de James Barry.

Pero lo que está claro es que James, o como relamente se llamara, consiguió su objetivo: practicar la medicina quirúrgica. Probablemente James Barry fue la pionera en su campo y demostró que un sueño está por encima de una identidad sexual, racial o de cualquier otro tipo. En esta época donde las facultades de medicina están pobladas de mujeres intentando alcanzar la honorabilidad de ejercer una profesión tan exigente, debemos recordar a aquella que puso la primera piedra para que ésto fuera realidad.


Fuente: Wikipedia

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2/7/08

El hombre elefante

Los ciudadanos de la Inglaterra de finales del siglo XIX sentían una tremenda fascinación por los denominados fenómenos de feria. Estos no eran otra cosa que hombres o mujeres con deformaciones o peculiaridades que le hacían diferentes de los demás. En la época actual no hubieran tenido problemas para vivir entre nosotros, pero en el siglo XIX sólo podían subsistir como monstruos de espectáculos.

Probablemente, la historia más conocida de estas personas sea la de Joseph Carey Merrick, o lo que es lo mismo, el Hombre Elefante. Merrick nació en el seno de una familia humilde de la Inglaterra victoriana. Su infancia fue de lo más normal hasta que sobre los 5 ó 6 años empezaron a aparecerle pequeños bultos por el cuerpo. En la plenitud de su adolescencia las deformaciones llegaron a tal punto que tuvo que huir de su casa, ya que se vió totalmente incapacitado para el trabajo.

Su futuro como fenómeno de feria comenzó el día que un empresario lo descubrió mendigando en una estación de tren. Sus malformaciones habían llegado al extremo de que su cabeza había doblado el volumen normal, su labio superior había desarrollado una protuberancia que le caía hacia abajo asemejando una trompa, un cartílago le atravesaba una mejilla como si se tratara de un colmillo y su piel se había vuelto grisácea y rugosa. El empresario que lo descubrió sabía que había nacido una nueva estrella para los espectáculos de monstruos: El Hombre Elefante.

La vida de Merrick podría haber pasado sin pena ni gloria, dedicada a asustar a niños y ancianos, sino hubiera sido por el médico especialista en enfermedades deformantes Sir Frederick Treves. Trás verlo en uno de sus espectáculos, Sir Frederick pidió poder reconocer en privado al Hombre Elefante. No salió de su asombro cuando pudo comprobar que Merrick era un hombre culto, amable y con gran sentido de la perspicacia. Totalmente fascinado por Merrick, Sir Frederick movilizó a todas sus influencias para conseguir trasladarlo al Royal Hospital de Londres, donde John vivió hasta el fin de sus días.

La fama de Merrick se extendió por toda la ciudad a un ritmo increíble. Todas las personas de las altas esferas querían observar e, incluso, conversar con aquel monstruo amable capaz de escribir y leer. Debido a su enorme cabeza, tenía que dormir sentado ya que de otro modo podía asfixiarse. Una noche de abril de 1980, Merrick se empeñó en dormir tumbado y murió asfixiado a la edad de 27 años. Aunque estudios posteriores han revelado que, probablemente, John muriera desnucado debido al excesivo peso de su cabeza.



La enfermedad de Merrick ha sido toda una incógnita para el mundo científico. El propio Merrick siempre argumentaba que la causa de sus deformaciones procedía del ataque, durante una feria, de un elefante a su madre cuando ésta se encontraba embarazada de él. Evidentemente, esta explicación procedente de un hombre tan culto revela el peculiar sentido del humor que tenía Merrick.

Desde el punto de vista científico se creyó que Merrick padecía una enfermedad denominada filariasis, conocida comúnmente como elefantiasis. Sin embargo, ésta es una enfermedad tropical que no tiene presencia en las Islas Británicas ni produce las graves deformaciones óseas que presentó Merrick. Posteriomente, se creyó que la enfermedad era la neurofibromatosis, aunque también se descartó porque algunos síntomas que presentaba Merrick entraban en claro conflicto con las pautas de dicha enfermedad. Actualmente, y de forma mayoritaria, la comunidad médica cree que la enfermedad que padeció fue una severa variación del Síndrome de Proteus, aunque no se descarta que se tratase de una enfermedad nueva y que Merrick tuviera la mala suerte de ser el primer, y a lo mejor el único, ser humano en haberla padecido.

El caso del hombre elefante ha suscitado mucho interés a lo largo de los años. Muestra de ello es la película que David Lynch filmó en 1980 titulada como no podía ser de otra forma "El Hombre Elefante", en la que el papel de John Merrick es interpretado por John Hurt. En las últimas fechas se ha publicado un ensayo escrito por Michael Howell y Peter Ford titulado La verdadera historia del Hombre Elefante donde se narra la vida de John Merrick, así como su impacto en la comunidad científica de la época. Gracias a la publicación gratuita ADN podemo leer el primer capítulo de la obra para hacernos una idea de su contenido.

El caso de John Merrick es unos de los más apasionantes de la historia. Nos revela una importante verdad: En palabras del propio Merrick, la verdadera medida del hombre es su mente.


Fuente: Wikipedia

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12/11/07

El problema de las 8 reinas


Para comenzar la semana os propongo un nuevo problemilla de los que me han mandado en Inteligencia Artificial. En este caso se trata del problema de las 8 reinas:

El problema de las ocho reinas se trata de un acertijo en el que se colocan ocho reinas en un tablero de ajedrez sin que se amenacen. Fue propuesto por el ajedrecista alemán Max Bezzel en 1848. En el juego de ajedrez la reina amenaza a aquellas fichas que se encuentren en su misma fila, columna o diagonal. Las 8 reinas consiste en colocar sobre un tablero de ajedrez ocho reinas sin que estas se den jaque entre ellas.

El problema de las ocho reinas tiene 92 soluciones distintas. Es decir las soluciones difieren entre si de operaciones de simetría, rotación y/o traslación del tablero, haciendo que todas ellas sean contadas como una. En este caso el problema tiene 12 únicas soluciones.

A comerse el coco señores y espero que saqueis alguna solución que otra.

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22/10/07

El misionero, el misionero

Hoy no os voy a hablar de la postura sexual más practicada, ni de aquella famosa cuarteta de los negros albinos, ni tampoco os voy a convencer para que os vayais a Mugutu a construir una escuela. Hoy os voy a plantear un juego que nos propusieron en 4º en Ingeniería Informática, concretamente en Inteligencia Artificial I. Uno llega allí, le plantean el juego, se flipa porque se cree que esta en Magisterio y que esa asignatura va a ser una María, hasta que la profesora después le pide que formalice el enunciado, construya un árbol de búsqueda e implemente la solución (un coñazo vaya).
El enunciado es el siguiente:
Tres misioneros y tres caníbales han de cruzar el río en una barca con capacidad para 1 ó 2 personas.


Nunca puede haber mayor número de caníbales que de misioneros ya que pueden ser devorados. El objetivo es que todos pasen a la otra orilla sanos y salvos.

Comeros el coco chavales y contarme si habeis resuelto el enigma.

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